Chicas, necesito un recordatorio. De hecho, no me acuerdo cómo llegué a casa anoche (¿o debo decir esta madrugada?). Además tengo un moretón en el pómulo derecho. Espero que sólo me haya pegado contra una puerta o algo así y no que me haya merecido un puñete por antipática. Me parece que nos hicimos confesiones importantes en algún punto de la velada... o se sienten aliviadas porque quedó en algún oscuro lugar de mi memoria o me lo vuelven a contar cuando nos veamos otra vez. Creo que apenas llegué, el televisor del cuarto de alojados se encendió con las típicas noticias de accidentes carreteros en las mañanas y, sin entender mucho todavía, me levanté para llevar a Fernando al colegio. En el metro me fui bien escondida dentro de mi montgomery porque no hay nada peor que el tufo a copete a esas horas, sobre todo en una abnegada madre que lleva a su hijo a la escuela.
Sea lo que sea que haya hecho, espero que nada deplorable, tengan presente que las quiero mucho, por favor.
01 septiembre 2005
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2 comentarios:
Amiga Clara Eloísa:
Después de todos los trago con burbujas que tomamos las tres pusimos cara de nostalgia. Agarramos un taxi que pasó por su casa y después nos trajo a Sara y a mi.
Creo que la próxima vez debemos optar por té y pasteles.
Un abrazo
Bueno, amigas.
Entonces será té verde a las ocho y media con pasteles de las seis y cuarto, no vaya a ser que nos pongamos tristes otra vez.
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