30 septiembre 2008

La cocina por fin está remodelada

Caminar por el piso blanco y negro de la cocina remodelada significaba un placer mucho más profundo que un orgasmo. Ponía un pie aquí y se decía "aquí está la cabeza", daba un pequeño paso "acá el pecho con un corazón inútil", otro paso "por aquí ya no quedará nada". Horas enteras podía pasar distraída en el juego de ajedrez que cubría el cuerpo de la víctima. Uno de los niños le tira la falda:

- Quisiera tener un cráneo.

- Espera unos años más y te regalo uno.

- No, me gustaría uno ahora.

Había leído recientemente que si se quemaba un cuerpo, los huesos quedadan limpios y blancos, pero no sabía si valía la pena, para ello, romper el piso de la cocina remodelada.