12 julio 2006

Sesion

Se encontró a la “laucha” una noche en el teatro. Dijo que estaba completamente borracha y que tenía muchas ganas de culearla, pero que ella, al enterarse de que era pareja de la madre de su hija, no había querido; él insitió y le propuso un trío.

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- ¿Cómo es él?
- Un imbécil, ya se lo he dicho tantas veces.
- Por favor...
- Bueno, digamos entonces que es un “enfermo mental”.
- Le pido que me lo describa físicamente...


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- Yo soy un hombre hermoso, mírame, sano y cariñoso. Sí, cariñoso, aunque contigo no lo he demostrado. Yo puedo tener a las minas más preciosas. Parece contradictorio, mientras más pobre, más llamo la atención de esas mujeres, hoy mismo me podría haber acostado con tu amiga en vez de venir para acá, pero se asustó un poco al saber que yo era tu pareja.
- ¿Perdón? ¿yo? ¿tu pareja?
- Ya te arrepentirás, no quiero que vengas a molestarme cuando, por fin, esté con una de esas mujeres preciosas. No sabes la oportunidad que te estás perdiendo... ¿puedo jalar?
- No.
- Tonta, estúpida... ¿de dónde sacaste tantos prejuicios? ¿quién te crees para decirle a los otros lo que tienen que hacer? ¿crees que voy a dejar de jalar porque tú me lo pides?
- No. Lárgate. Fuera de aquí. Jala afuera.
- No, lo haré aquí, tú no me dices lo que tengo que hacer... ya te arrepentirás, todo lo que me has humillado... yo que puedo tener cualquier mina mucho mejor que tú...


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- ¿Me lo puede describir físicamente?
- ¿Para qué?
- Para saber qué es lo que tiene que usted está dispuesta a todo, incluso a matar...
- ¿Qué dice, por favor?
- Vamos, soy su psicoanalista, la conozco muy bien...
- ...
- ...
- ¡Qué se yo! Será hermoso, como dice él.


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Al abrir la puerta del departamento, surgió un olor nauseabundo, aunque un aroma a chocolote lo impregnaba a él, debe fumar puros, me encanta ese olor, esas manos grandes y esos labios enormes, no se ve muy limpio aquí, pero qué importa...

- ¿Qué quiere señora?
- Yo... yo... quiero que no me llames señora... ¿puedo pasar?