06 mayo 2006

Sesión Nº 25

Un cuerpo. Un cuerpo cualquiera. Da lo mismo.


- Esto ya se lo conté.

- No.

- Sí, estoy segura.

- Quizás pensó contármelo, pero no lo hizo.

- Bueno, entonces lo repito.

- Sí, claro.

- En fin. Pensé que si cavaba un hoyo en la casa y enterraba ciertos artículos que odio, me recuperaría de ese odio.

- ¿Por qué no botarlos a la basura simplemente?

- Usted sabe que no es lo mismo. Pensé que pasarían los años, que me olvidaría, me cambiaría de casa y un día, al ser demolida, otros encontrarían esos objetos malditos, con apenas la curiosidad de mirarlos antes de desprenderse de ellos.

- ¿Y por qué no un cuerpo?

- No podría vivir sabiendo que el cuerpo está allí enterrado. Sería una maldición aún mayor.

- ¿El cuerpo?

- Bueno, quiero decir un cuerpo, un cuerpo cualquiera. Esto es impensable.