19 enero 2006

Cita a ciegas

A la tía de un muy buen amigo le ha dado por actuar de casamentera. Hace varios días me dijo en su casa:

- Te tengo un partidazo. Te voy a llamar.
- Claro- le contesté, riéndome un poco, incrédula por completo.

Y ayer me llamó para invitarme a un almuerzo en un conocido restorán del Barrio Brasil. La situación era tan insólita que acepté.

- Y maquíllate un poquito, te ves tan guapa cuando te arreglas- alcanzó a acotar antes de cortar el teléfono.

A la una y media llegué al restorán y me senté, aún sola, en la mesa reservada por Marta. Algunos minutos después, con una caipiriña frente a mí, vi llegar a dos mujeres que me saludaron con alegría.

- Ésta es Mónica, la madre del muchacho del que te hablé.

Mónica no se hizo esperar:

- Esto te parecerá muy extraño, pero la verdad es que quise conocerte yo primero antes de presentarte a mi hijo. Ha tenido tan mala suerte con las mujeres. Por supuesto, él no sabe nada de esta reunión, se enojaría mucho conmigo...

- Claro...

- Pide lo que quieras mijita.

Entre cerveza, carpacho de salmón y papas a la mantequilla, por mi parte, y de chuletitas de cordero y vino tinto, de parte de ellas, la conversación giró, por supuesto, en algunos detalles de mi vida personal, entre las que hubo preguntas curiosas, dada la situación:

- Entonces... ¿tú vives con el padre de tu hija menor?
- Oh, no. Vivo sola con mis dos hijos, aunque ése es un tema no solucionado- dejé ver de inmediato.
- ...
- ...
- Bueno- contestó ella- En todo caso, una amistad nunca está demás.
- Así es, sobre todo si se mantiene así: como una amistad.
- Aún así ¿te gustaría venir a un asado en mi casa?
- ¿Por qué no? Me parece que éste ha sido un almuerzo muy agradable.

Luego, se habló un poco del amor y esas cosas, los hombres, la fidelidad, todo el tiempo siendo tasada por Mónica, muy divertido y extraño, comenzar por caerle bien y tener de aliada a la "futura suegra" es un buen comienzo para una relación, pensé, si no fuera porque no conozco al tipo y, lo más importante, porque la única familia que me interesa tener de aliada es la de S. y a S. mismo.

Nos despedimos amablemente y me fui a casa a esperar que llegara S. con Paz. Por un momento pensé que me la entregaría en la puerta y partiría a donde alguno de sus amigos. Ésta fue la verdadera cita a ciegas, cerré los ojos y lo abracé. Lo había extrañado tanto, aunque anduviera con otra chica, qué me importa, desde que mi amiga me lanzó sus impresiones sobre mi persona después de arruinarle la fiesta, sólo tengo la certeza de que nadie es mejor ni peor que los otros, ni yo ni S. ni nadie, que nadie se puede arrogar el derecho de no perdonar si quiere ser perdonado y, ciertamente, también S. tiene muchas cosas que perdonarme, empezando por lo desleal que he sido cada vez que, aquí como en otros lugares, he hablado mal de él y, claro, cuando me acosté con su amigo mientras él estaba interno en el centro de rehabilitación. Cerré los ojos y milagrosamente él entró a casa y se quedó conmigo.

4 comentarios:

kutumancia dijo...

no voy a dar consejos, pues no ya me he dado cuenta que no soy buena para eso...lo unico que puedo decir es trata de ser feliz y fiel a ti misma...suerte!!!

Fernanda dijo...

Kutumancia, los consejos creo siempre son bienvenidos... otra cosa es hacerles caso.

Malayo dijo...

Muy freak la historia de esa señora que anda buscando novia para su hijo. Loquísima la señora, ella misma es la verdadera causa de que a su hijo le vaya mal con las mujeres. Quizas que cosas le habra metido en la cabeza durante su infancia. Pobre tipo.

Fernanda dijo...

¿Cierto?
Lo malo es que no es tan freak encontrar adultos tirando para viejos cuyas vidas están dirigidas por sus padres.