- El viernes podríamos inaugurar el nuevo departamento ¿no crees?
- ¿Podríamos?
- Sí.
- El departamento es tuyo, yo no tengo nada que ver.
- Bueno, deja las sutilezas atrás... ¿te parece?
- Y sí, claro... pero yo no voy a ir.
- ¿Por qué?
La inocencia de un niño saliendo del útero o quizás, igualmente, un ser que olvida todo.
- ¿Por qué?
- Sí, ¿por qué?
(- La última vez me ahorcaste ¿no te acuerdas?)
- Bueno, porque no quiero exponerme a situaciones potencialmente dañinas.
- ¿Potencialmente dañinas?
(_ ¿Te estás haciendo el estúpido o qué? No me apetece morir en tus manos, francamente.)
- Sí. Celebra sin mí. Luego podemos hacer una cena privada, aunque no íntima ¿no te parece?
- ...
- ¿Te pido un café?
23 noviembre 2006
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