- Según el testigo, Paul... Wil...c...zoc, sí, Paul Wilczoc...
- Sí, Wilczoc, igual que el violinista...
- ¿Perdón?
- No, nada.
- Bueno, continúo: según el testigo, Paul Wilczoc, usted gritó que lo mataría.
- ¿A quién?
- A la víctima, claro está.
- Ah, sí, creo que eso grité.
- ¿Cree?
- Sí, creo, no lo recuerdo bien, pero no fue más que una manifestación de ira sin sustento en la realidad.
- ¿Estaba usted, entonces, furiosa?
- Iracunda.
- Y ebria, según este informe.
- Sí, ebria e iracunda
- Y afirma usted que, debido a su ebriedad, no recuerda con claridad lo que sucedió ¿no es así?
- Sí.
- Entonces, no recuerda lo que hizo después de gritarle que lo iba a matar.
- Sí, me fui a dormir.
- ¿No corrió usted a tomar un cuchillo que le había regalado el señor Paolo de la Villa Códice?
- No.
- ¿No recogió usted el cuchillo y corrió tras de la víctima y le dio una puñalada por la espalda?
- No. En todo caso se la habría dado de frente.
- ¡Ah! Entonces sí lo apuñaló.
- No.
- ¿Nos podría decir dónde está la víctima, entonces?
- ¡Qué se yo! Ojalá que muerto para siempre.
- Ya.
- ...
- ¿Y Wladimir Brayard?
- ¿Qué pasa con Wladimir?
- ¿No le sugirió el señor Wladimir Brayard que una fosa debajo del piso de la trampa de la escalera sería un mejor lugar para enterrar un cuerpo?
01 junio 2006
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